Se la debía desde hace un año o más, de estas conversaciones tomando un café con tostada y su mermelada y yo toda decidida "te haré mermelada casera" y la pobre ha tenido que esperar un año a que me dignara a hacérsela.
Ahora esperando la crítica que la ha guardado para mejor momento...
Quería que fuera de fresa pero mi Encarna se merecía algo con más presencia.
De ahí el buscar y quedarme maravillada ante la idea de acompañarla con vainilla.
Lo que he probado a mi me ha encantado, el sabor de la vainilla muy sutil pero con mucho aroma.
Sobre todo mientras se cocinaba.
* Necesitamos:
- 500 gr de fresas limpias, que no estén demasiado maduras
- 350 gr de azúcar
- 1 cucharada de vainilla líquida
* Preparación:
Tradicional:
- Con las fresas limpias, sin rabillo y pesadas, las ponemos en una cacerola, pasamos la batidora y dejemos la textura a nuestro gusto.
- Añadimos el azúcar y vamos removiendo a fuego medio hasta que vayan soltando el jugo las fresas y veamos que se integran con el azúcar.
- Subimos el fuego, añadimos la vainilla y dejamos hervir unos 30 minutos, moviendo continuamente para que no se quede pegada al fondo.
- Comprobamos en un plato el punto de espesor, dejando enfriar.
Si no está lo espesa que queremos ponemos unos minutos más a cocer.
Thermomix:
- Troceamos las fresas ya limpias y sin rabillo 20 segundos en vel. 5, añadimos el azúcar y la vainilla.
- Programamos 30 minutos, 100º, vel. 2
- Yo he puesto al final 5 minutos más sin cubilete, con el cestillo para que evaporara.
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