Creo que las espirales de hojaldre las he hecho de todos los rellenos, jamón serrano, jamón york, lomo ... pero las espirales por excelencia en casa son las de atún con cuatro quesos.
Además la mezcla de quesos al fundirse, les da ese color anaranjado tan bonito y tan vistoso.
De sabor buenísimas y para los niños que no quieren pescado es otra forma de ocultarles el atún envasado que es tan bueno para ellos, bueno, para todos.
No hay receta en sí, es tan simple!
Os pongo unas fotos que creo será la mejor forma de ver lo fáciles que son.
Extendemos la lámina de hojaldre casi hasta el final y ponemos el atún que a mi me gusta ponerlo un ratito en un colador grande para que escurra bien de aceite y las espirales no queden pringosas.
Por encima la mezcla de quesos.
Vamos enrollando el hojaldre, para la primera vuelta que quizás es la más trabajosa, nos ayudamos del papel vegetal y luego ya lo dejamos.
Al final de la placa de hojaldre, que habremos dejado sin relleno, pincelamos con agua para que pegue bien.
Con un cuchillo afilado vamos cortando porciones como de dos centímetros.
Un truco para que corte perfectamente es ir mojando el cuchillo en agua y así no se pega al hojaldre.
Las disponemos en la bandeja del horno con papel vegetal separándolas un poco porque tienden a crecer y el queso a fundirse.
Listas para tomar.
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